La vida me ha llevado por caminos inesperados, con altos y bajos que hoy valoro profundamente porque me forjaron como persona y profesional.
Nací en Buenos Aires en una familia multicultural. Crecí entre la ciudad y el campo, desarrollando tanto un espíritu urbano como una conexión profunda con la naturaleza.
Mis estudios y mi carrera me llevaron de Argentina a Alemania y finalmente a España, donde fundé empresas, construí una familia, enfrenté grandes desafíos y donde vivo ya la mayor parte de mi vida.
Mis experiencias, desde trabajar en y luego para SAP, hasta emprender en el sector del vino, me dejaron aprendizajes valiosos. Pero también me llevaron a buscar un propósito más profundo, una conexión con mi esencia.
Esa búsqueda me llevó al coaching, un camino donde mi pasión por ayudar a los demás encuentra su máxima expresión.
La palabra DIVINAS tiene un significado especial para mí. Proviene de un proyecto anterior de importación de vinos y da continuidad, por consiguiente, a mi nuevo emprendimiento.
En ese nombre, estaba presente no solo mi amor por el vino, sino también un sueño que tuve con mi madre, quien llevaba en brazos a una niña que yo califiqué como «divina». En Argentina, usamos esta palabra para describir algo o alguien que nos llena de belleza y ternura.
Para mí, engloba a todas las mujeres que me inspiran y me recuerdan lo esencial que es conectar con nuestra esencia.
Upside Down, por su parte, surgió de una canción de Diana Ross que siempre bailaba y cantaba mi tía con una alegría contagiosa, diciendo “GOTT SEI DANK” (en alemán, “Gracias a Dios”) que era lo que ella interpretaba acústicamente.
Aunque las palabras no significan lo mismo, esa conexión sonora siempre me hacía sonreír y pensar en cómo las cosas se pueden dar vuelta para encontrar algo bueno.
Así nació este nombre que refleja tanto mis raíces como mi misión: inspirarte a darle la vuelta a las adversidades y descubrir lo «divino» que hay en cada una de nosotras.
Hoy, mi propósito es acompañarte a redescubrir tu esencia y liderar tu vida desde la autenticidad. Creo firmemente en que los cambios empiezan desde adentro y que cada desafío puede ser una puerta a nuevas oportunidades.
Somos artífices de nuestra vida y el gran cambio que anhelamos es posible.
Mi enfoque combina herramientas de coaching con una sensibilidad especial hacia la conexión emocional. Además, incorporo actividades que reflejan mis pasiones, como el vino, para enriquecer procesos de transformación y team building.
El término coaching proviene del inglés y tiene sus raíces en la palabra húngara kocsi, que se refiere a un carruaje que transporta personas de un lugar a otro. Este concepto evolucionó a través de términos como Kutsche en alemán y “coche” en español, manteniendo siempre la idea de un vehículo que facilita un viaje.
Hoy en día, el coaching se entiende como un proceso que, de manera metafórica, acompaña a las personas en su viaje desde donde están hasta donde desean estar. Es un espacio seguro y transformador, en el que el coach actúa como un guía experimentado, apoyando a los pasajeros mientras superan obstáculos, exploran nuevas rutas y descubren su propio camino.
Lejos de ofrecer respuestas, el coaching fomenta la reflexión, la toma de conciencia y la acción. Ayuda a las personas a desbloquear su potencial, expandir sus perspectivas y lograr sus objetivos personales y profesionales, llevándolos hacia una vida más plena y auténtica.
El liderazgo auténtico comienza cuando conectas con tu esencia, con esa verdad interna que te guía y te alinea con tu verdadero propósito.
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